Es posible aprender a encontrar ese instante de quietud, verdad, sinceridad, respeto, felicidad, humildad, perseverancia, a no ser que creas que lo que tu mente y tus pensamientos disponen requiere tiempo. Quizás ésto solo puede significar que prefieres seguir demorando reconocer tus potencialidades, el ser que vive en ti y reclama en silencio. No postergues la decisión de un encuentro maravilloso con tu ser interior, con tu yo mas verdadero, pues más allá del pasado y del futuro, donde no podrías encontrar ese instante, te recuerda tu ahora, Dejando de lado aquello que te lleva a las cosas que te distraigan, a los miedos, las dudas. Si es tu deseo, no se encuentra tan lejos como crees. En la medida en que lo desees, en esa misma medida harás que se aproxime y lo descubras. La verdad es simple, lo complejo forma parte de nuestro ego, de aquellas emociones que controlan nuestros sentimientos, lo externo a nuestro ser, el que dirán, el apuro de mostrar, y eso siempre es un intento de no querer ver lo obvio. Ese instante es permanente, si lo empañas la simplicidad de esa razón, será porque prefieres no reconocerla. El instante es el reconocimiento de que tu mente está en comunicación con todo aquello que te pertenece, y por lo tanto, tu mente no trata de cambiar nada, sino simplemente de aceptar todo.
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