Siempre cuando nos preguntamos algo, no solo en las situaciones límites, también en lo cotidiano, suena como que las respuestas ya se conocen. Nuestra mente, cada pensamiento parece que se alinea con nuestras necesidades. Pero quizás nosotros, por miedo, compromiso, responsabilidad, duda, todas esas emociones que emanan de lo conocido; nos aísla de tener un encuentro, una experiencia sincera con nosotros mismos.
El escuchar, el poder reconocer esa voz que nace de lo mas genuino en nosotros, es la que siempre nos da las respuestas, algunas la sabemos escuchar y otras parecen desaparecer. Aprendemos a confiar en nuestro ser, contemplamos la verdad mas pura, la respuesta correcta para aquello en lo que trabajamos, descubrimos y encontramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario