Cada espacio, dimensión entre un pensamiento y otro, revela la verdad que ocasionalmente ocultamos. Quizás esa verdad es la que nos permite crear, creer, consolidar las acciones y pensamientos que necesitamos para ser. No es aquello que no quieres ver, o aquello que sí quieres ver, es todo y nada. La sensación de un todo que no tiene definición, solo el sentir de nuestro interior, el encuentro de ese espacio tan vacío pero lleno de amor hacia nuestro ser íntegro, el crecimiento hacia nuestra esencia donde uno se identifica, donde se reconoce y donde no existe nada que no forme parte de uno mismo.
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