Con que se puede medir los disgustos? Quizás ese enojo, ese mal pensar se puede transformar. La capacidad que tenemos de encontrar los cambios necesarios, nacen justamente de saber el mal que nos aqueja, ese sentimiento de no saber que hacer, la propia duda. Pero si sabemos como enfrentarnos a nosotros mismos, es reconocer esa molesta sensación de pensamientos que nos confunden, pero que al mismo tiempo nos dirige al centro de nuestras respuestas.
La tranquilidad de nuestro conocimiento, la aceptación de la verdad que se expande y el propio brillo de nuestra mirada interior. Todos esos conceptos, buenos o malos, positivos o negativos, el miedo, la duda, las emociones encontradas, hacen de cada acto y de cada pensamiento un nuevo motivo para emprender el camino. Todas y cada una de las situaciones que día a día nos encontramos, nos lleva a comprender nuestro propósito, nuestra forma de ver la vida, de disfrutarla y vivirla.
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