Los conceptos se aprenden. No son naturales, ni existen aparte del aprendizaje. No es algo que se te haya dado, de modo que tienen que haberse forjado. Muchos de estos conceptos que abrigamos, parten de esas ideas que distorsionan la verdad interior, el estado de plena conciencia, la serenidad, claridad y la experiencia que te proporciona.
Siempre creemos que los conceptos, son pensamientos en el cual le otorgamos un significado especial, cómodo. Lo amoldamos a nuestras costumbres, y finalmente se afianzan con el pensar y las acciones de éste. Creamos los conceptos con algún propósito, y todo nuestro aprendizaje tiene un propósito, el cual queremos, buscamos, sentimos, y es conocernos a nosotros mismo, no desde el concepto en si, de como te consideras a ti mismo. Es comprender que el concepto de ti mismo que te has forjado, tiene que gozar de paz interior, fortaleza, amor, respeto, verdad y aceptarlo por medio de la propia experiencia. Hay que desaprender y volver aprender. Puede producir cierta incomodidad, angustia, miedos, dudas, pero ello no afecta lo que se ha aprendido, sino constituye una reinterpretación de lo que es y crees ser.
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