Necesitamos haber aprendido mucho para poder llegar a entender que todas las cosas, acontecimientos, encuentros y circunstancias siempre son provechosas. Solo en la medida que son provechosas, debemos concederles algún grado de realidad, de verdad y de una actitud de aceptación. Quizás necesitamos creer en nosotros mismos, en la confianza, valor, sinceridad y comprender que uno es idóneo para entender, ver las cosas de otra manera y comenzar los cambios en lo que parecen ser circunstancias externas. Estos cambios siempre son beneficiosos. Aprendamos realmente a "seleccionar", son momentos difíciles, pues el haber aprendido que los cambios que se producen en nuestra vida son beneficiosos, hace que uno tome decisiones sobre la base de que si contribuyen a que el beneficio sea mayor o menor en nosotros, en nuestro yo interior, en el ser que somos, será la experiencia y vivencias lo que nos permita ver con mayor claridad. Uno descubre que muchas cosas, si no la mayoría de las que antes valoramos, ahora sentimos que tan solo obstruyen la capacidad de poder transferir lo que uno va aprendiendo en las nuevas situaciones que se presentan. Así valoramos lo que en verdad es, lo que no vale nada, y no tememos a lo que podamos perder o sacrificar, borrarlos de nuestros pensamientos, de nuestra mente y en especial de cada acción. Renuncia a lo que no quieres y quédate con lo que sí quieres. ¡Qué simple es lo obvio!
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