Cuando decide nuestra mente y creemos que tenemos el control "mágico", aparecen esos pensamientos que hacen saltar las "alarmas". Nuestro cerebro basándose en la memoria y no de nosotros como el presente; los miedos, la tristeza, las dudas, no nos permite tomar consciencia de nuestro estado y el razonamiento nos lleva a la decisión de sentimos en "peligro".
Los pensamientos creados en nuestra mente, muchas veces relacionados con nuestro entorno, con nuestro físico, nuestras emociones, hacen que estos pensamientos sean la causa principal del sufrimiento.
Ningún pensamiento debe generar sufrimiento, es volver a lo genuino, a nuestro camino, al encuentro con nosotros mismos, al camino de la verdad y lo creativo.
Es saber que el pensamiento no nació para ser algo autodestructivo, al contrario los pensamientos son el resultado de nuestro crecimiento, ideas, experiencias que logramos día a día.
Muchas veces el pensamiento es fundamentalmente un sustituto de la acción, o lo que pensamos y no llevamos a cabo, o una acción, y hace a no poder enfrentarnos.
Nuestro camino elegido, la decisión o la vida no esta en contra de nosotros, porque el control real de nosotros mismos, somos nosotros mismos, los que decidimos como accionamos, sentimos, reimos, lloramos, nada debe influir en nuestras decisiones, menos esos pensamientos negativos que hacen confundir y crear dudas en nosotros.
Nada debe apartarnos, ser independientes, tener mayor entendimiento, recordando que nuestro yo interior es nuestra forma de firmeza para conocernos y de esta forma entender las situaciones que se van creando, y ser conscientes de las percepciones emocionales que nos impone nuestros pensamientos.
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