Las sensaciones, nuestras emociones y los pensamientos constituyen el objeto principal de la percepción, o sea no de los objetos reales y personales que sentimos en nuestro interior, sino la necesidad del comportamiento adquirido a través del deseo.
Cuando el esfuerzo, el compromiso o la obsesión nos atrapa , hace que perdamos la esencia vital, la comunicación real entre nuestro ser y el yo interior.
Siempre estamos en movimiento hacia el progreso, los objetivos y la sensación de independencia interior para encontrar en cierta medida paz y confianza en nosotros mismos.
No debemos presionarnos en conseguir comportamientos deseados, al contrario nos debemos liberar de las presiones internas y ser tolerante con nuestros comportamientos.
El camino para alcanzar la armonía, lo creativo y llegar a amar el estado permanente de nuestro ser, es corrigiendo las expectativas y las actitudes equivocadas.
En el proceso de aprendizaje, la perseverancia, las dificultades y las presiones conscientes e inconscientes, nos permite progresar con una actitud firme y correcta.
Estos desafíos nos conceden lograr mantenernos para encontrar lo mejor de uno, la creatividad necesaria para volver al camino y obtener así un estado permanente de estabilidad interior.
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