Todos sabemos que los conceptos se aprenden. No son naturales, ni existen aparte del aprendizaje. No es algo que se haya dado, de modo que tiene que haberse forjado o moldeado. Y muchas veces nos damos cuenta que no son verdad y otros son producto de distorsiones del miedo. Un concepto, es un pensamiento al que le otorgamos un significado, que crece amoldándose a las costumbres y que finalmente alcanza la "madurez" de acuerdo con el pensar de este. Cuando nos cerramos en conceptos y en el propósito de tal concepto, nuestro aprendizaje comienza y finaliza solo con ese concepto. Tenemos que encontrar el modo de comprender que el concepto que hemos forjado tienen que ser deshecho para sentir, abrir tu mente, tu yo interior. Desaprender para darnos cuenta que somos otra cosa. No se trata de negar lo que se ha aprendido, sino que constituye una reinterpretación, darnos cuenta de lo que realmente pensamos. Ya sabemos que nos comportamos como lo que pensamos. Tenemos alternativas entre las que elegir, y podemos ver los pensamientos que conllevan diferentes consecuencias, cuando el concepto parece contestar lo que sabe. Una mente abierta, receptiva a la verdad, sinceridad, humildad donde todos los conceptos se diluyen, renace tu libertad, tu ser, sin impedimentos ni limitaciones.
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