Es fácil entender las razones por las que no pedimos muchas veces resolver todos los problemas. No es ni más difícil ni mas fácil resolver unos que otros. Todos los problemas son iguales, puesto que cada uno se resuelve de la misma manera y con el mismo enfoque. Los aspectos que necesitan solución no cambian, sea cual sea la forma que el problema parezca adoptar. Un problema puede manifestarse de muchas maneras y lo hará mientras el problema persista. Se presentará una y otra vez hasta que haya sido resuelto definitivamente y ya no vuelva a surgir en ninguna forma. Poder enfrentarnos con nuestra verdad y la honestidad necesaria para plantearnos buscar la situación que resuelva de tal manera sin perder o ganar, solo corrigiendo la percepción, el problema queda resuelto y pierde su fuerza. Cometemos errores, en cualquiera de sus formas, solo hay que corregir, sentir que cada decisión nos ayuda a ver desaparecer esos conflictos, problemas sin limitar nuestros pensamientos. Todas las respuestas están en nuestro interior, solo es escuchar, sentir, ver y recordar las capacidades para enfrentarlas.
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