Una vez que aceptamos como forma de ver nuestra vida, de conocernos, de desarrollarnos, y sentir de otra manera, se nos une el esfuerzo y cada momento empezamos a crearlo de forma rápida para ver un resultado. El objetivo es seguir el camino, fluir, aceptando y pisando sobre él lo mejor que se pueda. Nuestros problemas, enojos, inseguridades están ahí para enseñarnos a corregirnos a nosotros mismos. En nuestra vida cotidiana tenemos todo lo que necesitamos para desarrollarnos y encontrar el sentido a nuestra vida. No necesitamos viajar lejos o buscar experiencias para encontrar ese lugar de reconocimiento y aceptación de uno, ni ponernos a prueba, el escenario perfecto es en el que tu te encuentres a gusto. Cada día la vida nos brinda las situaciones necesarias para desarrollar una mente abierta, la cual nos permita sentir, de ser sinceros en nuestra forma de vida y ser genuino con uno mismo.
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