Debemos poner orden en nuestra vida, de otro modo nuestra energía se disipa y nuestro tiempo se pierde en todo un desorden confuso.
Tenemos que eliminar todo aquello que nos resulta superfluo, aquello que nos pesa, desprendernos del equipaje innecesario y alivianar nuestro paso en el camino.
Para encontrar la libertad deseada, la paz en nuestro corazón, despejamos en nuestro ser, esos patrones adquiridos por costumbre. Una de las maneras es no exigirnos tanto, solo se trata de la forma que tenemos de ver las cosas, solo es cambiar la mirada, desde nuestro yo interior, que fluya y nos haga sentir bien.
Ser libre es un don que no tiene precio, por eso a partir de hoy, elimina cada día un aspecto de tu vida que te cause problema y acepta con amor cada pequeño progreso que realices.
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