Cuando hablamos de conocimiento, no solo hablamos del afuera, en especial hablamos de nosotros mismos, de nuestro autoconocimiento. Es realmente ocuparnos de trabajar sobre uno, para llegar a descubrir quien soy, conocerme, saber de mis fortalezas y también de mis debilidades, lo que me gusta y no me gusta , lo que quiero y lo que no quiero.
Muchas veces dijimos, que no es fácil, pero reconocernos quien soy nos da sentido y una mirada activa para mirarnos dentro, para encontrar tu yo interior y esencialmente para reencontrarnos. Podemos saber quien soy, pero creer quien soy lo simplifica y nos da la libertad de ser. Hay que trabajar con uno y observarse, mirar lo mejor y lo peor de mi mismo. Quiero y para saber quien soy, hace falta poder escuchar, en soledad, en nuestro despertar, cuando cerramos los ojos, en los momentos difícil y en los mas sencillos. Cuanto mas me muestre y muestre al otro, y me escuche, mas sabré de mi. Es un aprendizaje del camino, un espacio abierto al conocimiento y al encuentro.
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