El miedo, la terquedad, la ira, la desconfianza, parece que nos aisla más. Podemos reflexionar y preguntarnos, nunca dejarnos dominar por todas estas emociones; nadie ha resuelto una situación sin escuchar nuevas respuestas ni resolver nada encerrándose.
En esos momentos donde nos sentimos serenos, nos damos cuenta de cuantas veces nos retenemos por costumbre y nos resulta familiar nuestras acciones.
Tienes en todo momento, la alternativa de desprenderte de tus hábitos, de tus costumbres, de aquello que te atrapa, con solo abrirte al cambio, a creer en ti, a una nueva experiencia.
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