Comprender lo que sentimos sin preguntarnos ni esperar respuestas, nos lleva a un espacio desconocido, un espacio creado en nuestro corazón hacia un reeencuentro.
Mientras que nuestros sentimientos se forjan en nuestro interior, un viaje increible, irresistible, apasionado con decisión, crea una actitud, ser, comprender que somos y como somos, saber que formamos parte de un todo y que nuestros actos están siendo genuino.
El comprender te abre y te permite crecer, se siente una comunicación en lo más profundo y asumimos el cuidarnos y cuidar nuestro entorno.
El proceso es largo, es un viaje que nos lleva a nuestro encuentro, a través de la comprensión, procuramos que nuestras necesidades no nos hagan enfrentarnos, pero como todo descubrimiento necesitamos ver, sentir el impulso de ir más allá y vencer nuestros miedos.
Es natural que nuestra personalidad desee muchas veces dominar aquello que le es desconocido, pero eso es lo que nuestra comprensión nos ayuda a no dejarnos dirigir por estas emociones.
Dejemos de lado lo que nos entorpece, confiemos en nuestro sentir, agradeciendo sinceramente vivir estas experiencias que enriquecen nuestro progreso personal avanzando hacia nuestro yo interior.
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