Cuando somos capaces de sentir esta paz dentro nuestro, acrecentamos nuestra fuerza interior, que a pesar de los problemas, acontecimientos, dudas, miedos, nos permite seguir centrados sin perder nuestro equilibrio. Debemos ser conscientes que esta actitud, este sentir es ante todo un aprendizaje que implica estar abierto a los cambios que se producen.
Tenemos que saber que la "paz" por sí sola no existe, es un paso más para poder conocernos, un estado en que nuestro ser se abre hacia un camino de desapego, confianza, conocimiento y al mismo tiempo un desafío para cambiar formas, pensamientos, actitudes, que nos permitirán tener una mente más abierta. Ser pacientes y creer en uno mismo. Cada uno de nosotros, en algún momento siente que necesita "paz", en situaciones adversas, difíciles, momentos de tensión; es ahí donde nuestra naturaleza nos regala ese instante para reencontrarnos.
Si nos preguntamos cuando, como, porque, estamos esforzando el sentir, hay que dejar fluir. La confianza y el estado de bienestar nos comunica interiormente y así unimos sinceramente al yo interior con el poder de la paz que se confirmará por sí misma.
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