Mantener nuestros pensamientos interiores en calma, nos facilita poder observar cual es nuestra actitud a través del estado en que nos encontramos.
Muchas veces nuestros pensamientos están vinculado con nuestras emociones, en la cual la situación nos lleva a implicarnos sin tener una respuesta correcta. Cuando nuestras emociones están envueltas en este estado, casi siempre es imposible obtener una claridad y por lo tanto debemos estar en un estado quieto, sin que nos ciegue la necesidad de una respuesta.
Como dice la filosofía oriental: "Cuando se despiertan nuestras emociones se dice que el corazón está pensando"
Las emociones, que reflejamos en nuestras acciones, son aquellas que nuestros pensamientos toman con una actitud de deseo, implicando sensaciones muchas veces frustrante, y que nos envuelve en una confusión. Los pensamientos de arraigo en nuestro ser, deben ser aquellos que nos permita la libertad de actuar, pensamientos del corazón, sentidos, verdaderos, muchas veces inimaginables pero intensos.
Nuestra actitud mejora si estamos dispuestos a aceptar que esto es posible.
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