Al reconocer que los esfuerzos no nos llevan a los resultados esperados, se siente frustración, resentimientos, todas esas emociones que impulsan a la duda. Pero no se trata ni de esfuerzos ni de sacrificios, de lo que se trata es de conocimiento, perseverancia, la manera de ver, como la firmeza de una cosa, el pensamiento verdadero, con honestidad, sinceridad, humildad. Como tal, la perseverancia es constancia, serenidad, dedicación a nuestras ideas o pensamientos, como en la actitud de realizar o emprender algo. Cada acción es muchas veces la ejecución de nuestros propósitos, y también la resolución a enfrentarnos con nuestros miedos, que no es más que un pequeño escollo en el camino. Solo uno mismo es capaz de ver y sentir la verdad interior. Experimentar, entender y de esta forma unimos todas esas sensaciones de paz y el sentir que armonizan con la verdad interior, con nuestro yo interior, nuestro propio ser.
En memoria del Dr. Wayne Dyer
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