Hay momentos en que cada pensamiento que nuestra mente alberga, es una decisión propia. Es darnos cuenta que si sentimos miedos, dolor, temor, etc, ha sido por propia decisión. Le damos el consentimiento y no negamos nuestra elección. Quizás es una postura extrema o demasiado abarcadora para que sea verdad. La verdad tiene que abarcarlo todo, si es que es la verdad. No pensamos en lo opuesto ni excepciones, pues hacer eso es contradecir la verdad. Debemos dar opciones al sentimiento opuesto y saber que nos sucede si aceptamos esto. Reconocer de que la verdad es verdad, ambas partes tendrán un lugar, es solo cuestión de como nos sentimos con las respuestas y con nuestras actitudes. Las opciones que son amplias proceden enteramente de ti, algunos aspectos pueden estar en entredicho su consistencia, parecen ser contradicciones que tú mismo hayas introducido. Aceptar forma parte de nuestra humildad, tenemos el poder de decidir.
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