Cuando percibimos o experimentamos la sensación de paz, conocimiento, serenidad, lo mejor que podemos hacer es compartir esas sensaciones y expresar el sentimiento a cada paso y en cada acción de nuestra vida. Es como dar un regalo, es compartir y sentir que nada se pierde, al contrario. No necesitamos estar pendientes del resultado. Recordamos que no podemos estar preocupados por los resultados, damos y compartimos todo aquello que experimentamos y aprendemos. Si limitamos lo que damos, ni el que da ni el que recibe dispondrán de la sensaciones vividas. La confianza es parte esencial del acto de dar, de hecho es la parte que hace posible el compartir.
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