Todo el mundo anda en pos de lo que proporciona alegría, felicidad, según cada uno la define. Ya sabemos que nos es el objetivo en sí lo que varía. Sin embargo, la manera en que se ve el objetivo es lo que determina la elección de los medios, y lo que hace que estos no puedan cambiar a no ser que se cambie el objetivo. Si éste cambia, con seguridad se escogen otros medios, ya que lo que ha de proporcionar felicidad se define de otra manera y se busca de forma distinta. Como la base de la percepción dice, que nos regocijamos o alegramos con lo que vemos, pues lo que vemos es para alegrarnos. Nada es de por sí perjudicial o beneficioso a menos que así uno lo desee. Tú deseo es lo que determina los efectos que ha de tener en ti, porque lo elegiste como medio para obtener esos efectos, creyendo que te aportan la felicidad, la alegría. De ti procede todo, de ti surge un mundo donde te ves alegre y feliz, y desde ese mundo comienzas a convertirte en todo aquello que anhelas.
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