La búsqueda de tu yo interior, de la verdad de tu ser no es más que un honesto examen de todo lo que la obstaculiza. La verdad simplemente es. No se puede perder, buscar ni encontrar. Está dondequiera que tu te encuentres, pues lo mas claro y verdadero es que está en tu interior. Aun así, puedes reconocerla, pasarla por alto, o bien puedes creer en ella o no. Si esa verdad, ese conocimiento lo ocultas, estás creando una barrera de miedo, inseguridad, duda. La verdad yace oculta siempre en el miedo, y por eso hay que enfrentarse, reconocerla, mirar de frente al miedo. Cuanto más lo miras más claro tendrás lo que se oculta. Cuando seamos capaces de llevar esa incertidumbre ante la certeza, abandonamos toda convicción de que el miedo forma parte de la verdad. Cuando una mente cree en el miedo y la duda y se niega a abandonarla, no permitimos que lo esencial salga a la luz, es como querer vivir en la oscuridad y negar que pueda entrar la luz. La verdad interior, la verdad no lucha contra nada ni nadie, no tiene necesidad de defenderse, Solo ese reconocimiento se transformará en algo beneficioso para ti.
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