Si estamos dispuestos a reconocer los problemas, al final al reconocerlo dejan de ser problemas. Un solo problema, una sola solución. Al verlo y reconocerlo nos liberamos del conflicto. Aceptar este hecho, nos ocupamos de lo que verdaderamente corresponde. Sinceramente y con convicción reconocerlo, nos permite dar un paso hacia nuestra confianza y a nuestro desarrollo de experimentar la sensación que el problema o conflictos que nos preocupa, ocupan un lugar muy pequeño. Lo has aceptado para ti mismo al llevar el problema a la solución, y puedes reconocer la solución porque has identificado el problema. Cuando se resuelve ya no hay ni dudas ni temores. Recordar que al haber reconocido el problema has reconocido la solución. Reconoce ese sentimiento de quietud y confianza, honestidad respecto a muchos problemas que solo necesitan reconocerse y aceptar que se han resuelto.
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