Hay un instante siempre en nuestra vida, que nunca falla. Es la experiencia de sentir, es aquello que expresamos desde nuestro interior, y hace que se pueda recordar. Es esa relación con uno mismo y nos permite verla tal como es. Esa relación se aprende, se desarrolla y comienza a transformar nuestra vida. Quizás lo mas difícil sea el comienzo, pues es una etapa de cambios, de reconocimiento y aceptación. Puede haber tensión, dudas o miedos, pero muy pronto la armonía comienza y nuestro propósito nos permite ver claramente el objetivo. Ahora es el momento, permitir que todo y cada uno de nuestros pensamientos tomen forma y se establezca esa relación permanente de confianza y amor. Una nueva oportunidad para corregir nuestros errores, empezar a reconocer y aceptar. Hasta que puedas ver mas allá de cada situación con mayor seguridad y con un entendimiento mucho mas amplio del que ahora tienes.
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