"La felicidad es la verdad, y por lo tanto tiene que ser constante". Una dicha constante es una condición completamente ajena al entendimiento, es la actitud y el estar en paz con uno mismo. En ese estado o condición de plena dicha no hay excepciones ni cambios, es tan inquebrantables como lo es el amor en su totalidad. Uno en ese estado permanente, nuestra visión se nutre y se expande hacia todas las cosas y a cada uno. Llega siempre cuando uno comprende ese estado, en donde nuestros pensamientos y acciones son uno. No es una cuestión de pedir, ella está en ese lugar permanente, y está ahí para ser disfrutada y gozar plenamente a cada instante.
Si nos sentimos seguros, si creemos, esta sensación de felicidad, es porque tu has querido y aceptado ese estado. Está a la vista, en tu conciencia, la felicidad es tuya. Aquí y ahora, pues el tiempo es impotente ante tus deseos de sentir , nada ni nadie se interpone entre tu yo interior y el concebir el estado de felicidad.
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