Todo lo que ganamos, percibimos armoniza, concilia siempre con lo que consideramos que merecemos. Todos somos ilimitados, y está en nosotros, en nuestros pensamientos permitir y liberar aquello que nos limita.
Reconocer a cada paso la grandeza de nuestro yo interior, el amor que día a día ponemos en cada acción o pensamiento es retribuido, esta es la clave de todo merecimiento.
No somos dueños de nada y somos todo. En nuestra vida y en la de todos hay una especie de ritmo, de movimientos naturales y creo que cuando algo se va, es solo para dejar lugar a algo nuevo y mejor.
Agradecer en cada despertar la experiencia de un nuevo día, alegrarse de vivir y disfrutar con el proceso de nuestra transformación que nos abre hacia el estado mas bello creativo en nosotros.
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