Las heridas se experimentan de modos muy distintos en las diferentes etapas de nuestra vida y en cada paso de nuestro desarrollo de la busqueda de nuestro yo interior.
Lo que consideramos como fatales, en otros momentos son una puerta a la comprensión, al camino del entendimiento.
Cuando echamos una mirada profunda a nuestro dolor, a la falta de paz o alegría en nuestra vida, el efecto que tiene no solo en lo mas profundo de nuestro ser, sino también desde lo externo, intentamos arreglar, remediar, porque lo que buscamos es expandir nuestra conciencia al entendimiento. Con mayor comprensión, con confianza aceleramos el proceso de expandirnos y cambiar nuestros pensamientos y acciones.
A veces, los dolores, el desamor, las heridas nos empuja hacia ese camino que nuestro yo interior nos quiere mostrar, es como decir que a veces esos momentos nos crea esa oportunidad necesaria para que avancemos a ese lugar en donde nos sentimos ser lo mejor de nosotros.
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